1.
LA ORQUESTA DEL TITANIC
Sin duda, algo extraño sucede en la posición 41.44 Norte y 50.24 Oeste, el lugar exacto donde colisionó el Titanic. Las tempestades se serenan en ese punto, imponiéndose una fúnebre tranquilidad. Hay quienes han visto flotar sobre las olas figuras humanas de mirada lánguida que desaparecen al acercarse y quienes hablan de un frío sobrenatural que atenaza los músculos y el alma. Yo sólo sé que allí, justo en ese lugar, he oído música, una versión un tanto especial de “Nearer, my God, to Thee”, y que el violinista desafinaba como un condenado.
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
2.
INDEMNES
Papá golpeaba con puños y dientes. Mamá daba cabezazos ciegos y
usaba los antebrazos a modo de escudo. Nosotros observábamos a
pocos pasos y conteníamos la respiración. Indemnes, creo.
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3.
NO SERÉ NUNCA IGUAL
Le veo a través de los cristales de la incubadora, su cuerpo menudo se
agita entre las sondas que le ayudan a agarrarse a la vida y cada vez
que su pecho se eleva es una victoria que nos acerca un poco más.
Aún no sé lo que es tenerle entre mis brazos pero le quiero con todo
mi ser, por eso quiero hacerle una promesa: yo no seguiré los pasos
de mi padre, mi hijo nunca tendrá que ir al cementerio para decirle a
su madre que ya es abuela.
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4.
INEVITABLE
Aún conserva esa cara de buena gente con la que me conquistó. No es que esté mal, pero a veces no se puede complacer a todo el mundo. Él no podía resistirse. Lo supe cuando, después de decirle que había leído su intercambio de correos con Alejandra, con su mejor cara de cordero degollado y muy convencido me dijo, “no lo pude evitar”. Estuve ensayando esa misma expresión, para cuando la policía baje de la terraza y me pregunte por qué se suicidó.
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5.
SIEMPRE MÍA...
Mía...sólo mía, siempre mía...— repite murmurando ante los asistentes al tiempo que, con el rostro cubierto de lágrimas, pone la última palada de tierra sobre el féretro ya cubierto de su amada difunta esposa.
En el baúl de su coche, bien a resguardo, descansa un frasco vacío de veneno para ratas que apareció "misteriosamente" el día que su esposa le pidió el divorcio...
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6.
MAQUINA DISPENSADORA
Le observo por la mirilla y pienso que por fin llegó mi gran oportunidad. El cazatalentos introduce un billete en la ranura. Después pulsa: envasada con celofán; amarga; colombiana; exprés; comercio injusto; seleccionar producto. El muelle me empuja y salgo despedida por el tobogán. Una periodista envasada al vacío sonríe a mi paso. Las chocolatinas aplauden. Los sándwiches caducados se despiden agitando su servilleta aceitosa. El señor me recoge en la bandeja, junto al cambio, y me pregunta, todo un gentleman: “Do you speak my language, darling?”. Pero una voz metálica le responde por mí: “Su prostituta, gracias”.
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7.
LA CASA DE TUS SUEÑOS
Ilusionados, escucharon como el notario relataba de forma monótona, las cláusulas y apartados del documento que tenían delante. Sus manos se encontraron bajo la mesa estrechándose fuertemente. Las palabras fueron llenando la estancia como en una pecera cuando se esparce alimento para peces, bajando lentamente hasta el suelo. Entonces algo les hizo fijar su mirada hacia donde procedía la voz: “...finalizando el pago de la hipoteca en el 2035...” Dicho esto, ambos intercambiaron miradas mientras aquel señor les acercaba el documento de firma acompañado de un bolígrafo BIC y con impaciencia en sus ojos...
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8.
A CONCURSO
¿Sólo cien palabras? Había aceptado el desafío. Acostumbrado a escribir extensos cuentos y novelas interminables, me disfrace de censor y empecé a recortar a diestra y siniestra. Mutilando el argumento, eliminando personajes y acciones, más ganaba mientras más perdía. Menos verbos y chau adjetivos. La trilogía se redujo a un solo volumen. Sacrifiqué capítulos completos sin titubear. Arranqué hojas enteras, taché párrafos, borré oraciones y aproveché al máximo la sinonimia. Solo queda esto.
Extasiado, en frenesí, ya no me importa la obra de mi vida; sino cumplir el objetivo.
Señor juez, solo me resta exigirle que haga bien las cuentas.
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9.
LA CABRA
La cabra sube a la peña. Berrea. Busca a su hijo.
Por la carretera, el camión se aleja hacia el matadero.
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10.
IMPACIENCIA
Miraba el teléfono como si con su mirada fuera a provocar que sonara, como si con la intensidad de su deseo fuera a hacer que él, que tenía la cabeza en ese momento en otra cosa, se fuera a acordar de que le había prometido llamarla.
Un ataque de dolor y rabia hizo que lanzara el móvil al suelo, sólo él sabía lo importante que era para ella recibir su llamada. En el instante en que se hizo añicos, él escuchaba al otro lado que el número que marcaba no se encontraba disponible.
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11.
A LAS PUERTAS DEL CIELO
Tras décadas de tiranía el dictador falleció. La muerte, fiel aliada en su aniquilación sistemática de adversarios, esta vez se volvió contra él.
Fue directo al cielo, tantas oraciones al fin sirvieron, pero en la entrada un pitido le impidió pasar. Depositó allí su pistola: “piiiiii”. Se quitó el reloj de oro y las demás joyas: “piiiiii”. Sacó las monedas, y hasta los billetes: “piiiiii”. Se despojó de todo lo metálico: “piiiiii”, después de todo lo demás, se desnudó e hizo un último intento: “piiiiii”. Entonces dio medio vuelta y se encaminó al infierno, nunca conseguiría arrancarse el corazón.
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12.
ACEFALÍA
En un intento desesperado por restablecer el orden, su corazón latía como un caballo desbocado. Una vez más, su cerebro se había tomado vacaciones sin avisar.
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13.
VACÍA
Nunca imaginó que llegaría el día en el que se quedase sin ideas. Nada. Vacía. Su don para la escritura se esfumó cuando el último trazo de tinta azul se secó en el papel en mitad de una frase. Se quedó tumbada sobre la mesa. Inmóvil. Incapaz de expresar nada en absoluto.
Pasado un tiempo alguien cubrió su rostro, introdujo su cuerpo con delicadeza en una caja forrada de un sedoso acolchado y cerró la tapa sobre la que rezaba una sencilla inscripción: MONTBLANC.
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14.
NÁUFRAGO
Hoy el mar ha llamado a mi puerta. Lo sé porque al abrir, he encontrado una diminuta caracola junto a una botella verde. La he cogido con cuidado y la he llevado hasta el salón. Contiene un pergamino enrollado. Oigo el sonido de unas uñas arañando la superficie cada vez que muevo el cilindro entre mis manos. Hay algo más, ahí dentro, que llama mi atención. Por curiosidad, me acerco al vidrio y descubro que ahora, junto al pergamino, hay un hombre que trata, en vano, de escapar.
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15.
LA MATÉ PORQUE ERA MÍA
No podré olvidar la primera vez que nos vimos. Las primeras palabras quedarán para siempre grabadas en mi memoria. Al principio nos veíamos todos los días y cuando no estábamos juntos sólo podía pensar en ella. En el autobús, en la oficina, mientras fumaba en la puerta del bar... Llegó a convertirse en una obsesión. Tuvimos altibajos, noches de lujuria y desenfreno, días sin hablarnos... Sabía que algún día aquello terminaría. Inenté hacerlo bien, pero no encontré las palabras adecuadas. Al final, tomé una decisión drástica. Abrí la ventana y la lancé fuera sin piedad. Página a página.
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16.
ARTISTA EN UN CUARTO SIN VENTANAS
"Me siento obsoleta. Sospecho que mi musa se ha ido de vacaciones, pero… ¡bah! Tonterías. La inspiración que busco está en tu espalda, en la melodía sin compás de mis dedos, recorriéndola. En el roce de tu barba y nuestra respiración desesperada en el cuarto sin ventanas, ¿qué digo? ¡Bah! Deja el romanticismo y la melancolía para el ocre del otoño, que seguro reflejas bien en tus cuadros. Ahora, píntame de color verde con tu pincel, que yo procuraré mancharte con el carmín rojo de mis labios."
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17.
EL SABOR DE LA VENGANZA
El barón, cabizbajo y lastimero, se lamía las heridas. La diva había dañado su corazón clavándole el frío y despiadado puñal de la indiferencia. Irene, ése era su nombre, reía con saña mientras su mente viajaba al pasado… Jamás olvidaría esa sonora risotada cargada de desdén que aún resonaba en sus oídos, martirizándola.
Estaba completamente segura de que él no la había reconocido. La despampanante y exitosa dama en la que se había convertido, en nada se parecía ya a aquella humilde muchacha enamorada…
Y se dejó caer en el recuerdo exprimiendo sus últimas gotas de amargura.
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18.
TIEMPO
-¡No me pidas tiempo que no puedo dártelo! Los segundos se cristalizaron ante tu belleza, y si no te llevo conmigo en este mismo instante, vomitaré mi esencia sobre el amanecer del hombre y sólo tú serás culpable de las sombras en su despertar- no esperó repuesta, La Parca se adueñó de los latidos y aspirando su encanto se llevó su vida también.
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19.
INMORTAL
¡No me mires Madre!
En cámara lenta veo sus labios moverse, cientos de reproches se estrellan contra mí, tapo mis oídos pero aún así escucho su voz. Al mirarla sus ojos se clavan en mi pecho como puñales...hiriéndome, la sangre sale a borbotones y corre por los suelos formando un riachuelo carmesí entre las patas del comedor. Serpenteando sobre la alfombra da un giro y vuelve hacía mí...soy inmortal Madre!!! al unírseme se cumple el ciclo y me convierto en un pájaro, en una flor, en un suspiro...
Y murió el joven inmortal...de una sobredosis.
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20.
SUPERFICIALIDADES DEL OFICIO
Arturo recién llegaba del antro. Marcos, su colega, que se había adelantado mucho tiempo antes junto a su compañera de excesos de esta noche, ya se encontraba haciendo “lo suyo”.
—¿Por qué la trajiste al apartamento? —preguntó, asqueado por lo que veía—. Es la mujer más fea que he visto en mi vida.
—No seas superficial —respondió, con un tono que delataba su ingenuidad—. Lo que importa es lo de adentro —prosiguió, mientras la penetraba y extraía del cuerpo frío su valioso riñón.
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21.
EL VIAJERO
No podía evitarlo. Simplemente sucedía. De pronto saltaba en el tiempo, se esfumaba de su presente durante unos minutos y aparecía aleatoriamente en cualquier instante pasado o futuro, en cualquier lugar.
Aprendió a vivir con ello y llegó a tener una vida más o menos normal, aunque sus desapariciones le complicaran a veces la existencia. A cambio, estuvo en lugares y momentos que nadie había visto ni viviría jamás.
Pero quizás lo más apasionante que le ocurriera nunca, fue aquella vez que saltó más allá de su muerte. Después... ya no hubo miedos, ni dudas. Sólo paz.
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22.
GORIGORI
En un santiamén las manos de Ada abofetearon con fuerza el rostro zurumbático de Alberto.
Un grito espeluznante cortó el manto negro de la noche que de a poco se tiñó de un púrpura obsceno.
Al amanecer, el bebé comenzó a llorar reclamando el pecho yerto de su madre; tanto lloró, que aún después de muchos años, su llanto sigue incólume en el fondo del viejo caserón de Los Manantiales.
Antes, mucho antes, le fue precedido por el llanterío ajeno de las Vendedoras de Lágrimas, que solo por ésa vez, lloraron genuina y desconsoladamente hasta secarse sus almas.
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23.
EL MÚSICO
Desde cubierta, el joven miembro de la orquesta, saltó al iceberg contra el cual el Thitanic se incrustara.
Sobre aquel precario equilibrio helado recordó el primer instrumento de su niñez, un tambor que su abuelo había hecho siguiendo los usos, según el anciano afirmaba, que sus ancestros celtas utilizaran para realizar conjuros.
Mientras el barco se batía contra el agua retumbando por última vez, desplegó el piano que había guardado en el bolsillo y tocó aquellas melodías que todos sus compañeros de infortunio y aún el mar, recuerdan.
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24.
UNA DEFINICIÓN DE FELICIDAD
Ver a mi hijo de 4 años comiéndose el helado que le ha quitado a su hermana pequeña, mientras mi marido le riñe.
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25.
CAFÉ DE ARLÉS
Estoy condenado a vivir eternamente aquí, sentado en esta terraza que ilumina la noche de Arlés. Como lo están aquellos que me rodean, hombres y mujeres de una burguesía trasnochada. Otros tuvieron más suerte, los que abandonaron sus mesas antes de que aquel loco pintor pelirrojo colocara su caballete ante este café.
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26.
PAREJAS
-¡No todo es blanco o negro!-grita el blanco enfadado.
- Sí..., desde que tú te fuiste –responde el negro.
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27.
DOBLE CARA
Rubén observa el periódico con la intención de encontrar su nueva victima. Su porte de honesto y servicial se desdibuja con sus pensamientos de maldad. Se gana la vida haciendo juicios de desempleo, pero el dinero le dura poco, es que a lo mal habido se lo lleva el viento…
Su última victima es un empresario de transporte que con mucho sacrificio hizo su patrimonio. Solo quiere sacarle lo que más pueda para gastarlo en cosas pasajeras. Nunca aprenderá que en la vida lo que uno da recibe, lo que uno hace a los demás luego le hacen. Para ser mejor personas debemos trabajar todos los días para mejorar la vida de cada uno de nosotros y no tramar maldades.
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28.
MORIR DE VACÍO
Lucia ya no podía esquivar más golpes. Toda su ropa guardaba alguna vergonzosa manchita de sangre imposible de eliminar. Los encuentros sexuales le sabían a alcohol rancio; a vómito. Se había resignado, a morir de vacío o a manos de aquel hombre. ¿Cómo había desembocado en aquel infierno de desesperación, desprecio y odio? En la cocina, la agarró del pelo; le metió la mano bajo la falda y tiró brusca y torpemente de sus bragas, resoplándole su aliento fétido y asqueroso. Al instante siguiente, yacía ensangrentado, con un cuchillo clavado en su fofa barriga. Lucia, había decidido morir de vacío.
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29.
VISITAS
La anciana del sexto pasa las tardes sola. Y sin embargo, todas las mañanas, la asistenta ha de limpiar el servicio de té para ocho. La vieja calla cuando la oye gruñir mientras recoge las pastas inglesas sobrantes; ella no sabe lo exigentes que pueden llegar a ser sus invitados.
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30.
IMPRESIONES
Es jueves. Una vieja muere al comulgar en la misa de las dieciséis. El cura despide prontamente a los escasos feligreses -tan decrépitos como la muerta- buscando evitar mayor conmoción. Luego llama a los scouts que patean en el predio a fin de acompañar al cuerpo mientras él hace los arreglos.
De los tres niños convocados, uno será sacerdote; otro médico; el tercero, escritor.
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31.
TIEMPO DE MÁS
El médico se lo había dejado muy claro: no había cura. En un principio las malas noticias le noquearon pero, poco tiempo después, inició una actividad frenética.
Juan Granados Pérez murió el 13 de junio del 2011, al caer la tarde. Su imaginación y su blog aún vivieron cerca de un año más, lo que quizás explique su gesto tranquilo y su permanente sonrisa.
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32.
LA TRISTE HISTORIA DE LA TÍA RITA
Nació ya siendo mayor y se perdió lo mejor, por eso siempre luce la sonrisa de un monigote triste. Se quedó enganchada en esa guerra que le robó los besos que nunca dio y los novios que nunca tuvo, y se refugió en la pegajosa felicidad de las pastillas de café con leche. Una noche de marzo, cuando los caramelos empezaron a saberle a café amargo, saltó al vacío, pero se levantó y siguió muriendo. Ahora ya ni los prueba, no sea que se le peguen a los dientes que no tiene y a los recuerdos que no guarda.
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33.
LA REALIDAD NO BASTA PARA MATAR UN SUEÑO
Vagaba junto a un precipicio y al dar un paso en falso, caí en él. Lo bueno era que sólo se trataba de un sueño; lo malo, que pese a despertar me hallaba cada vez más próximo al fondo del precipicio.
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34.
AL FILO DE LA MUERTE
Noto la carne traspasándome, caliente y blanda. No puedo ver sus ojos, pero los imagino desorbitados. Un fluido viscoso va brotando a borbotones, mientras me encuentro en un abismo horizontal de vísceras atravesándome el acero. En este momento solo siento la necesidad imperiosa de salir de ahí corriendo, notar cómo la mano fuerte que ase mi empuñadura me saca de ese mundo de muerte que yo misma he creado. Con un ruido estridente retrocedo, salgo de su cuerpo y mi dueño me envaina, dispuesta a luchar de nuevo, completamente ensangrentada.
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
35.
MI DESPEDIDA
Y abrí los ojos por última vez y allí estaba mi esposa, mis hijos, mis hermanos, los hijos de mis hermanos, mis nietos, mis amigos, mis colegas de profesión, mi médico y alguien que creí reconocer pero no supe muy bien de qué. ¡Cuan tonto y aturdido! La curiosidad no obstante me hizo fijarme en él y coger su mano. Y sí, era una mano amiga, que poco a poco fue perdiendo su calor, su color y su movimiento, hasta que me marché.
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36.
LA DIVINA PROVIDENCIA
Como se supo posteriormente, el Director Financiero no hacía más que robarle dinero a diario a la empresa. Era una hormiga humana, trajeada en gris y con la mirada opaca. El menos sospechoso, el más incrustado en la estructura corporativa.
Cuando lo detuvo la Policía, afirmó que “ni la hoja del árbol se mueve, al menos que sea por la voluntad de Dios”.
Y a continuación... ¡Qué todo lo que había ocurrido era “sólo una prueba que a él y a la empresa les había enviado la Divina Providencia!”
¿Se le debe considerar fiel creyente, burdo ladrón o simple gilipollas?
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37.
VORACIDAD
No tiene ojos, dos protuberancias blanquecinas sobresalen en un cráneo ovalado. Abriéndose paso mediante sus garras entre los desperdicios alcanza el borde del contenedor y ventea. Tras una noche agitada Lorena Duprés desprendiendo todavía un penetrante aroma a semen, sale del prostíbulo. Pasa bajo el contenedor, se detiene y enciende un cigarrillo. Como el látigo de un sátiro un tentáculo la arrastra al interior. Pasados veinte minutos algo húmedo se descuelga y trastabilla sobre los tacones, se seca la pulpa del cabello y comienza a caminar arreglándose. Satisfecho su último cliente, la hermosa Lorena Duprés camina relajada hacia su hogar.
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38.
GABINETE
_Estoy pensando, no me molestes, dijo Luis.
_Yo también, respondió María.
_Lo estoy haciendo, anticipó Guadalupe.
_OK, replicó Carlos. Yo, pienso.
De repente, la puerta alta y blanca se abrió, irrumpiendo Pedro para preguntar:
_ ¿Qué están haciendo?
_Estoy pensando, repitió Luis.
_Yo también acotó María.
_Lo mismo hago, expresó Guadalupe.
_Yo, igual, dijo Carlos.
Pedro movió la cabeza, con signo de contrariedad y se retiró.
Un hombre de pelo gris y gruesas gafas, levantó la vista, abandonando las tantas carpetas desparramadas sobre su escritorio.
_ ¿Y? comentó, lacónicamente.
_ Y. . .piensan. ¡Todos piensan! ¡No son humanos! vociferó Pedro.
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39.
ERA ELLA…
Lo juro. La he visto esta mañana, no tengo ninguna duda. Viajábamos juntos en el mismo vagón de tren. La sentí cerca. No la he perdido de vista. No ha reparado en mi presencia. Esos ojos, esa mirada. Era ella. Descendí del vagón en la primera parada. Curioseó mi miedo. Se reía. Han pasado seis horas y todavía tengo el pánico en el cuerpo. Sigo deambulando por el andén. No se dónde estoy. Quieto, parado, en ninguna parte. La diferencia entre la suerte y la muerte es sólo una letra. Os lo prometo. Era ella.
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40.
SUTILEZAS EN LA GRAN MANZANA
Salió de su casa rumbo a los bosques del Central Park. La gran manzana la deslumbraba.
Dejó caer su fina capa roja de chiffón frente a los feroces lobos de las pizarras que se babeaban frente a ella.
Al llegar desenvolvió la torta que comprara en Tisserrie, la nueva pastelería de los hermanos Harrar, leer el Wall Street Journal para “aggiornarse” con el Dow Jones , que tanto le interesaba a su adorada abuelita.
Justas rieron de lo fácil que había sido la jornada. Estaba satisfecha. Sabía como manejar ciertas cosas sin que la ayudara el leñador.
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
41.
ROSTRO SIN CARA
Caminaba deslizándose suave, con los ojos perdidos en los árboles lejanos, con apariencia rígidos, silenciosos, testigos lejanos anunciando su llegada; dio un paso mas y el crujir de una rama seca bajo la suela de sus botas viejas fue el detonante del recuerdo fugaz que inundo sus oídos…… Una voz optimista de un rostro sin cara de algún tiempo atrás reía de alguna travesura qué ella le hacia bajo esos árboles que volaban al ritmo de sus ilusiones de su espejismo y de su brevedad….Paso su trance y se alegro de no recordar el rostro sin cara..POR ALGO LO HABIA OLVIDADO.
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42.
ASIGNACIÓN DEL DESTINO
—¿Algo más, coronel?
—Sí, mi general. El capitán Ramírez solicita permiso para visitar a su madre. Vive muy cerca. Conozco sus órdenes, pero... Es su único hijo y no lo ha visto en meses.
—¿Ramírez? —el general se retorció la punta del bigote— ¿Dónde estuvo ayer?
—Sus hombres cubrían nuestra retaguardia, mi general.
—Ah, sí... –se quedó ensimismado unos instantes – Permiso denegado.
El general miró el campamento a través de la ventana de la tienda.
—No; espere, coronel. Concédale cuatro días —y, con la mirada perdida en el horizonte, añadió—: cuando regrese, destínelo a la primera línea del frente.
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43.
LOS VIVOS MURIENTES
Habitan con nosotros. Parecen humanos normales. Se alimentan del dolor y del aburrimiento. Aman la jerarquía. Permanecen 25 años en un oficio que odian, adulan al jefe, mienten por dinero o se casan por compromiso. La comida rápida les encanta. Acostarse es signo de dominación. Utilizan el sexo como chantaje. Su frase favorita: "Todo el mundo lo hace".
Están horas viendo el televisor y creen en la democracia. Son despiadados con los librepensantes. Reviven con la crisis y al no poder ir de vacaciones a Benidorm. La frase que más temen: “Todo esta en el aire.”
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44.
DESALOJADO
Después de diez años en esta isla desierta, ayer recibí en una botella, una orden de desahucio.
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45.
TODO Y NADA
No eras nadie, sólo un conocido que veía en las reuniones de trabajo. Te decidiste a hablarme una mañana y pronto nos hicimos amigos. Un par de películas y cenas más tarde ya me gustabas. Te dije te quiero aquel atardecer melancólico cuando creíamos que todo era posible. Eras el hombre de mi vida. Un día sentí que algo había cambiado y no le di importancia. Sin embargo, cada vez me resultaba más difícil decirte Te quiero. Seguiremos siendo amigos, nos prometimos; hasta que ni siquiera teníamos valor a hablarnos en la oficina. Ahora, no eres nadie.
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46.
EL ÚLTIMO SECRETO
Desde el lecho, la miró con sus ojos fijos y le dijo sin palabras: Déjame que te cuente un secreto: te he querido siempre, aunque ahora sea demasiado tarde para decírtelo.
Ella le cerró los ojos, y dos lágrimas corrieron por sus mejillas. Las lágrimas que ya no podrían salir de los ojos de él por unas palabras que ella jamás olvidaría.
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47.
EL SONIDO DE LA ÚLTIMA BALA
El sonriente dictador no entendía por qué esa multitud se enfrentaba embravecida a sus soldados. Él les había dado paz y felicidad. Hospitales de prestigio. Escuelas y una universidad. Calidad de vida. Entretenimiento. Zonas verdes, jardines y parques. Había escuchado a su pueblo y conseguido lo más parecido posible a la felicidad. Y aun así le enfrentaban. Estaba claro. Su pueblo no quería libertad, amor y felicidad. Querían dolor y sufrimiento. Querían vivir oprimidos. Y muy a su pesar se dijo a sí mismo:
"Eso no puedo hacerlo. Eso no puedo aceptarlo."
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48.
MICROFÁBULA DE LAS NIÑAS Y LA VIEJA
Estrenaba sus alas multicolores la mariposa en un alegre vuelo primaveral.
Inauguraba una niña sus pequeñas piernas entre hierba y flores.
Se divertían ambas, ora una persiguiendo a la otra, ora otra bailando alrededor de la una, cuando una vieja y derruida cerca de piedra las paró en un duro golpe.
Moraleja: No importa lo que confíes en la gracia del universo, la voz de la experiencia siempre te pondrá la zancadilla.
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49.
EXORCIZO TE
-¡Fue ese señor, papá! -gritó el pequeño demonio mientras señalaba con su dedo -, ¡él me obligó a abandonar el cuerpo de mi huésped!
El aterrorizado sacerdote se quedó paralizado frente al terrible leviatán de más de tres metros de alto, ojos rojos, serpientes por cabellos, piel erizada de pústulas, manos como garras, piernas de caprino y fétido, en su olor a azufre.
-¿Así que usted le tiró agua bendita a mi hijo? -inquirió en latín el horroroso papá, mientras se acercaba al exorcista blandiendo su espada llameante.
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50.
LABERINTO
Cuando advirtió que su perro se había comido todas las migajas de pan que había ido dejando en el camino, y que, consecuentemente, jamás encontraría la salida, la emprendió a golpes hasta matarlo. Fue una lástima, porque el perro sí sabía cómo regresar.
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51.
LA VIDA DE OTROS
Apretujados en el portal del viejo edificio, los novios se demostraban su amor entre besos y caricias. No sabían que estaban siendo observados por la vecina del 4º B, ni por la pareja de ancianos del tercero, ni por el portero que en esos momentos barría la escalera. Tampoco sabían que el aspecto negro y derruido de las paredes se debía a un antiguo incendio en el que varios vecinos habían quedado atrapados, condenados a cotillear la vida de los demás para siempre.
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52.
PROEZAS
Todos saben que es una mujer bala, pero a ella no le importa. Prepara las albóndigas en un santiamén, deja la casa reluciente, nos levanta a mi hermano y a mí y nos deja en el colegio antes de marcharse a trabajar. A la vuelta compra en el súper, plancha y nos ayuda a hacer los deberes. Cuando los terminamos, hasta la hora de acostarnos, nos canta canciones del lejano país desde el que la arrojó el cañón o nos cuenta las historias de sus habitantes. Y entonces, aunque no lo creáis, mamá tiene el poder de detener el tiempo.
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53.
YA VUELA EL ÁNGEL HACIA SU PARAISO SOÑADO…
Antonio nació un martes de carnaval, al sur de la isla, en la tierra del perenne choteo...
Su madre lo parió bajo un devastador calor tropical.
Se escuchaba a lo lejos el cornetín y las carcajadas de las mascaritas mientras Antonio, su mujer y dos hijos dejaban la amada isla para siempre...
Cruzaron al continente, una ciudad, dos... Un país, dos...
La isla, bajo el dolor inclemente del dictador no le dejaba volver...
Antonio partió el lunes, derrotado por una enfermedad que le comió la vida... Justito a tiempo para llegar a su amada Cuba y enterrar el carnaval...
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54.
SIEMPRE SERÁ TU PENÚLTIMO DÍA
Desde esta privilegiada posición veo tu casa; tras la ventana intuyo tu figura, difuminada por unos visillos color ceniza. Un sol que arde en un cielo despejado hace brotar de un poro de mi piel una gota de sudor que se filtra por mi lacrimal, haciéndome parpadear varias veces. Cuando consigo enfocar de nuevo no estás, y la bala sigue en la recámara un día más.
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55.
PÁGINA EN BLANCO
- Un relato de cien palabras… imposible soy de novela larga – respondo.
- Que sí hombre. – replica mi editor – Tú puedes. La web estaría dispuesta a publicarlo y todo.
- Pero, ¿sobre que voy a escribir?
- No sé… cosas. Imaginación no te falta. Tú eres el escritor, no yo.
- Vale, veré que puedo hacer… - claudico - pero no te prometo nada.
- Yo también te quiero.
Me cuelga el teléfono.
Voy al ordenador y veo la página en blanco.
Meses sin escribir, seco como leño, y ahora esto... – pienso. – si al menos tuviera una buena idea…
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56.
PRIMAVERA
Una turba de doncellas engalanadas golpean con furia las puertas del castillo; saben que el dragón despertará con la primavera y el nerviosismo les empapa las prendas. El príncipe en persona, desconsolado, abre el portón y las ve partir en tropel.
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
57.
DESCONSUELO
Entre la arena, asomaron unas lágrimas perdidas: buscaban al niño que las lloró cuando las olas del mar derribaron su castillo.
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
58.
EL DIOS CAUTIVO
Esa noche pensó que estaba dormido, miro el techo. Un techo bajo. Miro el piso. Solo un piso. -Meticuloso diablo de los sueños ¿Qué me has hecho?
De repente, sintió un extraño poder. Cada cosa en esa habitación eran fácilmente manipulables por su mente, por su ser.
Era amo y señor en ese cuarto rectangular. Solo la omisión de la puerta le llamaba la atención. -¿Donde esta la salida?
El miedo supuro en él cuando se percato de que no era un sueño.
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
59.
LIBERACIÓN
Lleva horas despierto cuando suena el despertador. Se ducha, se viste y se toma el café. Luego conduce por la misma carretera abarrotada de siempre. Al rato, los edificios comienzan a clarear y hay menos coches. De repente deja de ver cemento. Atraviesa una extensa pradera verde brillante salpicada de flores de todos los colores. A lo lejos se ven las montañas. Un riachuelo plateado baja ondulante. Hay una casita con tejado rojo y triangular. De la chimenea sale humo gris. El cielo es de color blanco y las nubes, azules. Igualito, igualito que los dibujos que hacía de pequeño.
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
60.
LA EMPLEADA DEL MES
Él le pidió una tregua. Ella tuvo la deferencia de recoger antes a una señora que no la esperaba. Luego la Muerte continuó su trabajo.
eeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
61.
TRIBULACIONES DE UN EX TERRORISTA
Han transcurrido cinco interminables años desde aquello. Cada día que pasa es una nueva oportunidad que me da la providencia para redimirme. Miro hacia atrás y me ahogo en mi pasado. Fue una auténtica barbarie. ¡Malditas ideas políticas!
Ahora mi vida se encuentra en el Orfanato ‘Arusha’s children’ en Tanzania. He renunciado a los placeres mundanos para entregarme, de forma altruista, a todos esos niños africanos faltos de alimento, ropa, condiciones sanitarias, educación…. Cada noche revivo la explosión en mi cabeza. Tengo mil pesadillas: sudo, grito, tiemblo, lloro, imploro piedad. Si supieran realmente quién soy… ¿Perdonarían? Yo no puedo olvidar.
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62.
POR UN ANUNCIO CLASIFICADO
―Aquí lo dice: "Se solicitan personajes..."
―Lo sé, señor, pero usted no tiene cabida en mis historias ―repitió enfadado el microrrelatista.
El gigante lo mató.
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63.
EL HILO DE ARIADNA
Te pienso, te busco, te espero, te sueño. Todos los días confío en encontrarte en este laberinto de calles donde vivimos, y por eso lo recorro pensando que podría tropezar contigo al doblar cualquier esquina. Sin embargo, eso rara vez sucede. Pierdo tu rastro y maldigo el tiempo que invierto pensando en ti. Aunque a veces, contra todo pronóstico, te veo distraído atravesando una plaza, o sentado tranquilamente tomando café. Es entonces cuando sospecho que la casualidad no existe y creo que algo invisible nos une, haciendo que me pienses, me busques, me esperes y me sueñes.
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64.
CONTEMPLÁNDOTE
Hace tiempo que no nos hacemos daño, amor mío, que no nos decimos las verdades a la cara; años ya sin esas tácitas complicidades que nos hacían sentir tan unidos; mucho tiempo sin juegos de palabras en el sofá ni sexo en la cocina.
Este verano estuve planeando arrojarte al mar pero, desde la popa de ese crucero por el Adriático que nunca hicimos cuando éramos felices, no fui capaz de deshacerme de ti...
... y seguimos aquí, en silencio los dos, por siempre yo pensando en ti e impasible tú, en cenizas entre dos hileras de libros viejos.
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65.
EL DÍA QUE NACÍ
Estaba todo tranquilo, buceando un ratito, relajado, disfrutando de la vida en el coño de mi madre...
- ¡¡¡HE ROTO AGUASSS!!!- y ese grito... ¡¡que cojones pasa!!
Ops, hay comenzó mi angustia del nacer, de buenas a primeras me quede sin jacuzzi, mientras pensaba que me había tocado vida de pobre y sin lujos. De repente una luz y claro yo curioso, me fui para allí, un grito desgarra mi oído y se escucha:
-¡¡¡EMPUJA!!!
Ostias, mi cuerpo se escurre como si cayera por un tobogán y... ploff, mi cabecita asoma al mundo y senti como unas manos me cogía para sacarme, seguro que es el Zapatero que llevo oyendo 9 meses que no hace más que joder, lo bien que vivía sin dar palo al agua y la crisis y el ZP me dieron por...
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66.
EL VOLCÁN
La superficie era lisa, perfectamente lisa. También estaba caliente y este calor favorecía el lento y suave deslizar por ella. Un promontorio enhiesto, erguido con altivez, erecto con descaro, se interpuso en el camino que se había iniciado. Era terso y delicado pero reaccionaba con gallardía cuando parecía entrar en erupción. Con cautela, con sosegada ligereza, evitando la inflamación de aquella colina arrogante y encrestada, siguiendo el camino por la llana superficie cálida, los dedos continuaron tocando, por primera vez, aquella extraña superficie tan frágil y sutil como jamás habían apreciado.
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67.
EL VIEJO MATEO
El viejo Mateo tenía una afición secreta. Escribía. Cogía cualquier papel y se encerraba en el baño. Destruía lo que escribía porque le asustaba lo que salía de sus entrañas. Se sentía como ante una pesadilla a la que arrugaba y ahogaba en la taza. Sólo algún retazo de vanidad le hizo conservar alguna de esas hojas, escondidas aquí y allá. Años más tarde, cuando el viejo Mateo agonizaba en prisión, Federica sollozaba al leer una vieja hoja de papel que encontró limpiando la casa que alquiló. Nunca un poema de amor había acariciado de aquella manera su cuadrado corazón.
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68.
DECISIÓN
Se sentó en un rincón.
Casi en los 60, divorciada, dos hijos a su bola y… ¡tan poca ilusión!.
No le gustaban las manualidades, tampoco la “ofimática”, ¿qué diablos es eso?, ¿algo para trabajar?; ¡eso, no hay para las jóvenes y me lo van a dar a mí!. ¿Qué hago…?. Pensó y al fin resolvió.
Sus amigas le dijeron loca, la familia cosas peores. Todo le dio igual, ya sabía cómo hacerlo, así que se lanzó y... ¡VOLÓ!.
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69.
BORRACHERA
Después del tercer güisqui he decidido salir del bar a tomar el fresco. La cabeza ha empezado a darme vueltas. Los coches y transeúntes giran y se nublan en torno a mi. Se acelera la velocidad del giro hasta que oigo un crujido, y todavía consigo ver como mi cuerpo se tambalea y cae desplomado. Las revoluciones han provocado la elevación. Por suerte, el golpe contra la cornisa frena en seco la ascensión. Cuatro botes en el suelo y todo acaba. No me preocupo demasiado ya que esta ciudad es famosa por sus cirujanos.
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70.
LECCIÓN
No quiero, no me gusta cantar.
Pero mira qué hermosa mañana nos ha tocado.
Te digo que no.
¡Pero tienes que aprender! Yo te enseño, vamos.
Pero me da vergüenza, papá.
¿Qué te avergüenza?
La gente, lo que piense la gente de mi voz.
¡No seas tonto, hijo!; así es siempre al comienzo.
Pero no quiero cantar.
No puedes elegir, así es nuestra vida.
¿Por qué no puedo ser actor o ingeniero, papá?
Porque los caballos relinchan, las vacas mugen y los gallos cantamos en las mañanas.
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71.
VIDAS DE PAPEL
Era como si nos estuviésemos evaporando. Habíamos compartido 356 páginas. No podría decir que nos llevásemos bien, la verdad era que nos amábamos y nos odiábamos como se ama y se odia en el mundo real pero, de alguna manera, nuestras vidas habían quedado ligadas unas a otras y, ahora que el lector había llegado a la última página, empezábamos a echarnos de menos. Ya sólo restaba esperar a que otro aventurero, perdido en el laberinto que formaban los pasillos de la biblioteca, se detuviese en la P y nos rescatase de la estantería. Si algo nos sobraba, era tiempo.
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72.
LA CENA
Esparció las sales por la bañera, ajustó la temperatura del agua y activó las burbujas. Antes de dejarla a solas en el jacuzzi le colocó un par de rodajas de pepino sobre los párpados, como tantas veces había visto hacer en las películas; luego se fue a la cocina a preparar la guarnición de verduras que acompañaría la cena.
Cuarenta minutos después, regresó al cuarto de baño y comprobó con disgusto la rigidez del cuerpo de su invitada. Aumentó la temperatura del agua, la potencia de las burbujas y rectificó la sazón. Aún no estaba en su punto.
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73.
DE CAMINO A CASA
El pequeño gorrión yacía muerto sobre la carretera. Su amante se suicidó bajo la rueda de mi coche.
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74.
VERBOS
Voy haciendo camino, dejando a cada paso algo mío según avanzo, perdiendo a veces confianza, otras repartiendo algún secreto, dejando sonrisas cuando estoy alegre o pequeñas lágrimas escondidas que huyen descontroladas a veces... sintiendo amargura cuando sólo me encuentro desilusiones, siendo frágil cuando no me veo con fuerzas... apasionada cuando alguien acaricia mi alma, dichosa simplemente ante algunas palabras... voy coleccionando verbos, conjugándolos. Y es que mi vida es eso, un conjunto de verbos que varían en el tiempo. Hoy mis verbos cuando eche a caminar serán seguir soñando, a la noche… ya veremos.
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75.
LA JAULA
Era extraño ver a aquel hombre revolotear y mecerse en el columpio. Apenas sabía cantar.
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76.
HOMO RIZUS
No fue miedo sino más bien curiosidad lo que sentí al descubrir a esos hombrecillos que habitan en mis rizos. Por aquel entonces eran medio salvajes. Iban desnudos, lucían una espesa mata de pelo por todo el cuerpo y andaban a cuatro patas. Fui observando día a día su evolución en el reflejo de los escaparates. Primero comenzaron a andar de pie, luego les vi crear rudimentarios refugios con mis pelos e incluso taparon sus partes pudendas con trozos de cabello. No me molestaban, la verdad. Hacía tiempo que no me sentía tan acompañado. Pero hoy han descubierto el fuego.